Cosas que hacer durante la cuarentena (III): cómo limpiar las juntas de los azulejos

El País 23/03/2020

Popularmente se conocen como juntas al espacio de unión que forman azulejos y demás superficies en suelos y paredes. Los profesionales, en cambio, lo identifican con el término lechada, refiriéndose a la mezcla blanca de cal o yeso con agua que sirve para rellenar las cavidades que quedan necesariamente entre los baldosines de todo tipo de pavimentos. Su función es mantener unidos los revestimientos e impedir que los bordes se rompan con el uso. Pero lamentablemente tienen una cara B: parecen tener una atracción especial para la suciedad y, en las zonas con más humedad, también el moho.

“Detrás de esas líneas negras que se apoderan de las juntas existe un riesgo para tu salud por el moho y el polvo que pueden retener, especialmente si eres asmático o alérgico”, apunta Home Serve, empresa especializada en cuidado y mantenimiento del hogar. La falta de iluminación natural o una mala ventilación pueden hacer que la humedad y el vapor del agua se concentren favoreciendo la creación de hongos. Y lo mismo sucede en el espacio de trabajo de una cocina, donde la acumulación de grasa se convierte en un foco muy atractivo para las bacterias.

Estas semanas de cuarentena por el coronavirus (COVID-19) son un buen momento para realizar una limpieza a fondo. No obstante, fijar un cuidado continuado de al menos una vez al año será la clave del éxito, dependiendo del estado y la humedad que prolifere en cada estancia.

1. Limpia la superficie antes de entrar en las juntas

Antes de enfrentarnos a limpiar a fondo las juntas, es necesario trabajar la superficie y dejarla libre de polvo y suciedad. En el caso de los suelos, bastará con barrer con un cepillo o una mopa, y después enjabonarlos con agua tibia y un producto suave. Los suelos cerámicos merecen especial atención, porque hay que limpiarlos sin dañar el material. Mediante un paño de algodón podrás acceder a todas las baldosas y eliminar las manchas más persistentes.

Para los azulejos del baño y la cocina, puedes recurrir a un cepillo de dientes viejo que no tenga las cerdas muy duras, y eliminar con una mezcla ligera de agua y lejía la suciedad superficial. No olvides usar guantes en todo momento, aunque no utilices sustancias abrasivas para la piel. En el caso de los suelos de madera, resulta conveniente hacer una depuración posterior, aplicando una mezcla de té y agua caliente sobre toda la superficie. No solo purificará la zona, sino que aportará brillo y arrastrará la suciedad más persistente.

2. Quitar el moho

A continuación, aplicaremos un agente desinfectante que ataque a las bacterias y posibles hongos que se hayan acumulado. El bicarbonato de sodio es un gran absorbente de la humedad y elimina la suciedad más difícil, incluso sobre las juntas de silicona. Para no dañar la superficie, recurrimos a una fórmula menos agresiva compuesta por cuatro cucharas soperas de bicarbonato, un vaso generoso de agua caliente y una pequeña proporción de vinagre blanco que uniremos en un recipiente.

Por medio de un rociador, aplicaremos la mezcla de forma directa sobre la zona dañada y después frotaremos con un cepillo suave. La espuma que pueda generar es síntoma de que la mezcla está haciendo efecto. Para zonas conflictivas, deja que actúe durante un día antes de cepillar con agua caliente. Gracias a su poder desengrasante, el bicarbonato es una sustancia idónea para limpiar las juntas de los azulejos de la cocina, que se deberá aplicar siempre con una esponja suave para no dañarlos.

El vinagre, el remedio más ecológico

El comodín de nuestra gastronomía se traslada a la higiene de toda la casa. El vinagre es un remedio natural con grandes propiedades para limpiar y desinfectar superficies, incluidas las juntas que las unen. Elimina los malos olores y resulta menos dañino tanto para nuestra piel –no la irrita ni provoca alergias– como para el medio ambiente. Y además su olor, fuerte en un primer momento, no es tan agresivo como, por ejemplo, el del amoniaco.

Las superficies de loza recuperan un brillo olvidado cuando se limpian con vinagre sin diluir en agua. Hay que aplicarlo directamente para que no pierda su concentración ácida. Las juntas negras, por su parte, recuperarán su blancura si lo mezclas con una cucharada de jabón de lavavajillas aplicado con un cepillo de cerdas blandas. No aclares de inmediato: es mejor dejarlo actuar 20 minutos y eliminar después el producto con agua caliente.

Para las juntas de silicona, el blog BricoyDeco propone potenciar su efectividad añadiendo a dos partes de vinagre una de bicarbonato en un pulverizador. Al finalizar la reacción que se produce entre ambos ingredientes, cerraremos el envase para rociar la zona afectada y dejaremos actuar unos 30 minutos. La suciedad se desprenderá al frotarla con el cepillo. Tras enjuagar con agua, lo secaremos con una toalla para evitar que se acumule humedad.

El arsenal definitivo (que ya usaba tu madre)

El agua oxigenada pulverizada sobre la zona afectada es otro remedio infalible para combatir el moho incrustado. Esta sustancia no genera gases tóxicos, pero conviene manipularla siempre con guantes de goma para evitar que reseque la piel. Y si recurres a la lejía –tu madre tenía razón: es sin duda uno de los blanqueadores más eficaces contra las juntas negras–, añade una mascarilla al kit de protección.

Podemos aplicar esta sustancia directamente sobre suelos cerámicos y aclarar posteriormente con agua fría, ya que si aplicamos agua caliente podemos respirar los gases nocivos que genera. Sobre las paredes, se recomienda hacer una pasta con bicarbonato de sodio para que la lejía no se resbale y penetre así en la suciedad. Tras dejar actuar durante unos minutos, frota con el cepillo y enjuaga posteriormente la zona con agua tibia.

El amoniaco es muy útil para suelos de cocina y baño, ya que arranca la suciedad y la grasa más incrustadas. Para aplicarlo, haz una mezcla con agua fría a partes iguales y extiéndela con un paño. Recuerda protegerte las manos y el rostro y abrir la ventana durante todo el proceso. La suciedad de las juntas se desprenderá fácilmente tras aclararse con agua caliente.

En caso de que la suciedad persista, la empresa de limpieza Innovafs propone una fórmula milagrosa a base de amoniaco, jabón líquido y limón, diluidos en agua. Tras aplicar la solución con un paño, deja actuar unas horas sobre la superficie. Al eliminar los hongos que genera la humedad de la habitación, desaparecerá la imperturbable negrura en el acto.

La solución tecnológica: vapor a presión

La limpieza al vapor es uno de los métodos que cada día gana más adeptos, por su facilidad de empleo y los potentes resultados de desinfección que obtiene. La marca italiana Polti fue la primera en idear estas máquinas que datan de principios de los ochenta, convirtiendo su nombre en sinónimo coloquial del producto.

Su gran poder de desincrustación permite acceder a zonas conflictivas como las juntas de las bañeras, donde las bacterias son más persistentes. Las vaporettas y mopas de vapor son una manera más convencional pero también útil de eliminar la suciedad adherida en los rincones menos accesibles. Basta con aplicar el vapor a presión después, eso sí, de frotar la zona con alguno de los remedios mencionados para potenciar su efecto.

El lápiz mágico

Si la limpieza a fondo en azulejos o suelos cerámicos no es suficiente para conseguir que las juntas luzcan relucientes, te recomendamos renovar su sellado. El proceso es sencillo: con un cuchillo o raspador vacía suavemente las juntas que puedas, con cuidado para no dañar la superficie; y pasa de nuevo un trapo para eliminar la suciedad.

A continuación, aplica con una llana de goma la máxima cantidad posible de masilla especial para juntas. Esperar unos minutos antes de eliminar el exceso con una esponja húmeda. Cuando se haya secado por completo, retira el polvo generado con un paño suave y seco y aplica un protector de lechada que asegure su durabilidad en el tiempo.

Como en casi todo, existe una versión fácil para realizar esta operación. El lápiz restaurador renueva la lechada del suelo y paredes y potencia la blancura de las juntas. El Grout Pen, disponible en Amazon (12,99 euros), incorpora además agentes antibacterianos que evitan la creación de moho. Antes de recorrer las juntas con él, limpia la zona con un paño húmedo y deja secar. Retira el exceso de pintura que se genere en el alicatado con una esponja.

Para la renovación de silicona en juntas, Bricoydeco recomienda el uso de Pensil sin moho, al contener un aditivo que protege y mantiene libre de bacterias el sellado de juntas. Es resistente a los productos convencionales de limpieza e incorpora una espátula que facilita su colocación.